(Nació el 18 de diciembre de 1863 y murió el 28 de junio, de 1914) fue un Archiduque de Austria, Príncipe Imperial de Austria, Príncipe Real de Hungría y Bohemia, y desde 1896 hasta su muerte, el heredero al trono austrohúngaro. Su asesinato en Sarajevo precipitó la declaración de guerra de Austria contra Serbia que desencadenó la Primera Guerra Mundial.
Nació en la localidad austriaca de Graz, Hijo del archiduque Carlos Luis de Austria y Maria Annunciata de las Dos Sicilias, se crió y cultivó entre las mayores pudiencias de la época.
De joven, Francisco Fernando desarrolló dos grandes pasiones: la caza y viajar. Se calcula que mató más de cinco mil ciervos a lo largo de su vida. En 1883, visitó Italia por primera vez para ver las propiedades que le había dejado el Duque Francisco V de Módena. En 1885 visitó Egipto, Palestina, Siria y Turquía. En 1889 viajó a Alemania.
En 1889, la vida de Francisco Fernando cambió radicalmente, Su primo, el Príncipe Heredero Rodolfo, se suicidó en su cabaña de caza en Mayerling, dejando al padre de Francisco Fernando, el Archiduque Carlos Luis, como el primero en la línea sucesoria al trono. Por lo tanto, lo más probable era que Francisco Fernando, a su vez, lo sucediera.
El 28 de junio de 1914, aproximadamente a las once de la mañana, Francisco Fernando y su esposa (sofia chotek) fueron asesinados en Sarajevo, capital de la provincia austrohúngara de Bosnia-Herzegovina, por Gavrilo Princip, miembro de la Joven Bosnia y uno de los varios asesinos organizados por La Mano Negra. El acontecimiento, conocido como el Asesinato de Sarajevo, fue uno de los desencadenantes de la Primera Guerra Mundial.
Dato curioso:
Es muy poco conocida su costumbre de llevar la ropa siempre impecablemente planchada y abotonada; hasta tal punto llevó este gusto por la pulcritud que se hacía coser la ropa durante los desfiles o paradas militares, para evitar que las solapas se abrieran con el viento. El día del atentado el hecho de llevar la casaca cosida impidió que se le pudiese socorrer a tiempo, tapándole la herida de bala o deteniendo el flujo de sangre con un simple pañuelo, lo que originó una hemorragia abundante y la consiguiente muerte.
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