07 enero 2008

La Batalla de Stalingrado

Decidi mechar un poco para que no se ponga denso y hoy vamos a poner algo de la Segunda Guerra Mundial.

Hoy vamos a hablar de a mi gusto la batalla mas grande de la historia de la humanidad: Stalingrado.

El 10 de mayo, el general Friedrich Von Paulus, comandante del 6° Ejército Alemán, había tomado el mando del 6° Ejército hace poco, después de que su anterior comandante, Walter von Reichenau, falleciera a consecuencia de un ataque cardíaco.

Friedrich Von Paulus

El 1 de junio, Adolf Hitler y el Mariscal Fedor von Bock presentaron a los generales del Grupo de Ejércitos Sur la Operación Azul los cuarteles generales de esta unidad, ubicados en Poltava. Al 6º Ejército de Paulus se le encargó la tarea de limpiar a Voronezh, y luego dirigirse a Stalingrado acompañado del 4º Ejército Panzer de Hermann Hoth. Una vez allí, se encargarían de destruir los complejos industriales, y de proteger el Cáucaso desde el norte. En aquel momento, Hitler no consideraba necesaria la captura de la ciudad.


El 28 de junio inició la ofensiva contra Voronezh, hacia el sur de Rusia, y el error de Stalin fue obvio. Dos días después, las fuerzas de Paulus cruzaron el Donets, con el 2º Ejército Húngaro y el 1º Ejército Panzer cuidando su izquierda y su derecha respectivamente. Debido al rápido avance alemán, Hitler decidió enviar parte de las fuerzas del 4º Ejército Panzer, que estaban atacando Voronezh, al sur. Esto significó un retraso en la captura de Voronezh, lo que significó que las fuerzas de Timoschenko, que escapaban hacia Stalingrado, tuvieran más tiempo para hacerlo.

El plan original implicaba que el 6º Ejército y el 4º Ejército Panzer cortaran la retirada a los rusos antes de que éstos se reagruparan, luego atacaran Rostov del Don y después fueran a reforzar las líneas defensivas del Cáucaso. Pero impaciente por el retraso, Hitler cambió el orden del plan, y en lugar de esperar a las fuerzas de Paulus y Hoth, ordenó que se capturaran Stalingrado y el Cáucaso al mismo tiempo.


Comienza la Batalla

Las fuerzas alemanas atenazaron Stalingrado. Hitler, que no había deseado la guerra de guerrillas en Moscú y Leningrado, ahora bramaba por la conquista de la ciudad, eso implicaba la guerra calle por calle, casa por casa, el tipo de combate para lo cual la Wehrmacht no estaba preparada.

Este repentino cambio de objetivos halla explicación en el hecho de que la toma del Cáucaso había fallado a manos del Mariscal de Campo List, y por lo tanto, Hitler deseaba tomar la ciudad como una forma simbólica de ocultar la carencia estratégica de los pozos petroleros. De esta manera, Hitler se convenció a sí mismo que si lograba conquistarla, abriría de nuevo la puerta a esa riqueza.

El 12 de septiembre, Zhukov destituyó deshonrosamente al comandante a cargo de las defensas de Stalingrado, Alexander Lopatin por demostrar cobardía ante el enemigo al no poder contenerlo con el 62º Ejército, y fue reemplazado por el granítico e inflexible general Vassili Chuikov, un hombre muy eficiente y decidido que hasta entonces estaba a cargo del 64º Ejército, desplegado al sur de la ciudad.

Cuando Chuikov llegó al escenario dantesco, Yeremenko y Jrushchov le preguntaron: «—¿Cuál es el objetivo de su misión, camarada? —Defender la ciudad o morir en el intento», contestó firmemente Chuikov. Yeremenko observó a Jrushchov, y tuvo la certeza de que Chuikov había entendido perfectamente lo que se esperaba de él.

El nuevo comandante se encontró con menos de 20.000 hombres y 60 tanques, así como unas deficientes defensas. Chuikov reforzó las defensas antiaéreas de la ciudad y asimismo fortificó aquellos lugares donde se pudiera contener al enemigo, en especial la colina de Mamaev Kurgan y el barranco de Tsaritsa. Además retiró la mayor parte de su artillería a la ribera oriental del Volga y fomentó el despliegue de francotiradores, entre ellos el famoso Vasili Záitsev.

Vassili Chuikov

El 14 de septiembre, se inició el primer intentó alemán de tomar la ciudad, que se pensaba sería el único intento, y la 71ª División alemana llegó al centro de Stalingrado, acercándose peligrosamente al embarcadero principal, la terminal de llegada de refuerzos soviéticos.

Por el sur, el XLVIII Cuerpo Panzer del 4º Ejército Panzer avanzaba hacia el centro de la ciudad. Un enorme silo de cereales fue aislado por las fuerzas alemanas, quedando atrapados unos 50 soldados soviéticos. No obstante, estos resistieron por varios días, sin agua ni comida, hasta que finalmente fueron exterminados en su totalidad. El general Paulus decidió que el enorme silo sería colocado en la banda que sus soldados recibirían al conquistar la ciudad.

Probablemente este fue el momento más crítico para los soviéticos en la batalla, ya que los alemanes asaltaron al 62º Ejército en un momento muy grave. En efecto, el desastre solamente pudo ser evitado gracias a la rápida llegada de las tropas de Rodimtsev, si bien esto fue reconocido después. La reactivación del 8º Ejército del Aire Soviético, donde servía un hijo de Stalin, también fue importante.


Pese a que la iniciativa, la razón de bajas enemigas per capita y los mejores medios técnicos correspondían a las tropas alemanas, el ejército invasor tuvo grandes dificultades en conquistar una ciudad que, al haber sido salvajemente bombardeada, disponía de condiciones ideales para una defensa calle por calle. Los ataques combinados de infantería y blindados resultaban inútiles en el caos de la lucha urbana.

Conociendo que el invierno se aproximaba, Paulus decidió acelerar la toma de la ciudad, y preparó una ofensiva que se ejecutó el 27 de septiembre. La principal fuerza alemana atacó al norte del Mamaev Kurgan, cerca de los asentamientos obreros de las fábricas Octubre Rojo y Barrikady. Los alemanes observaron atónitos como los civiles que huían de los asentamientos para buscar refugio en las líneas alemanas era derribados por sus propios soldados.

Las bajas alemanas entre el primer y segundo día de combate sumaron 2.500 efectivos, contra 6.000 soldados soviéticos; para los rusos la pérdida era terrorífica: casi 3.000 soldados morían por día.

Aunque las tropas alemanas lograron penetrar en la ciudad o lo que quedaba de ella y conquistarla en un 80%, nunca se hicieron completamente con el total, puesto que los muelles no pudieron ser alcanzados, y mientras estos muelles estuvieran en manos soviéticas, los refuerzos y suministros necesarios para proseguir la batalla podrían afluir con regularidad. Batallones y brigadas alemanas que intentaron llegar a los muelles fueron prácticamente aniquiladas al 50% de sus efectivos.

Lo que los rusos no podían notar era que los alemanes estaban al borde de su capacidad ofensiva, de hecho no tenían las suficientes fuerzas para conquistar la ciudad, pues la línea de abastecimientos era insuficiente.


La reconquista de la ciudad: La operacion Urano

A fines de octubre los alemanes se enteraron por medio de prisioneros de que los rusos preparaban una gigantesca contraofensiva. Ellos mismos habían notado los movimientos en sus flancos. Para protegerse, Paulus había levantado una barrera en su flanco izquierdo para prevenir los ataques procedentes por el norte, sirviéndose de las unidades rumanas, italianas y húngaras.

En efecto, el alto mando soviético preparaba una gran ofensiva dirigida a esos flancos y se estaba acumulando cerca de 1.700.000 hombres, es decir, cerca de 200 divisiones, la mayoría siberianas, además de carros de combate y cañones procedentes de Moscú y los urales. El plan consitia en un inmenso cerco de todo el 6° Ejército, irrumpiendo en la retaguardia alemana por dos flancos, atacando alli donde las fuerzas del eje fueran más débiles.

Llegó el invierno con sus nevadas y la ciudad quedó sumida en un manto blanco con temperaturas que rondaban los -18 °C(noten tambien la ventaja tactica rusa, al tener tropas en su ejercito mayormente tropas siberianas y aprovechar su adaptacion al extremo frio).

El 19 de noviembre de 1942, los 3.500 cañones rusos comenzaron a machacar despiadadamente
Al son de trompetas, los obuses y Katiushas se dejaron caer en el sector rumano. Después de una hora de martilleo, los batallones de fusileros avanzaron sobre las filas de rumanos e italianos. Los rumanos del II y IV Cuerpos pudieron contener bravamente las primeras oleadas de atacantes y luego fueron arrasados por carros de combate T-34 hacia el mediodía.

Base Misilistica Katiusha

Cuando los fortines fueron demolidos, los rumanos echaron a correr por la planicie blanca, siendo perseguidos por las oleadas siberianas. Si bien hubo algunos intentos de responder al ataque, los comandantes del 6° Ejército no tomaron en serio el ataque hasta que fue muy tarde, inclusive los combates en la misma ciudad de Stalingrado no se detuvieron por varios dias luego de comenzado el ataque ruso.
El objetivo donde convergían las tenazas de la trampa era el pequeño pueblo Kalach y su puente, donde los alemanes no poseían una fuerza para enfrentar la amenaza y donde quedaban expuestos sus talleres y depositos de suministros. El desastre era total, el VIº Ejército de Paulus quedó encerrado en Stalingrado con unos 250.000 hombres y sin suministros mayores.


Panzer Tiger Aleman, el tanque mas poderoso de la segunda guerra mundial, hubo muy pocos en stalingrado, (no llegaron a 10)

Victoria rusa y rendicion alemana



La ofensiva empezó el 12 de diciembre y el día 16, pero cuando estaban a apenas unos 50 km, fue detenida misteriosamente por una orden de Hitler; la detención significó que los soviéticos le atacaran con todo y lo hicieran retroceder 200 km. El ataque, que fue llevado a cabo por la sexta división blindada de manera implacable al comienzo, se vio amenazado por otro contraataque ruso en la retaguardia, por lo cual se decidió frenar el intento de manera definitiva.

El 18 de diciembre Paulus inspeccionó su frente y comprobó que la moral combativa y el estado físico general de sus hombres lentamente se desintegraba. Se impuso un riguroso racionamiento para intentar pasar el invierno. Paulus quien era admirador incondicional de Hitler, se dio cuenta que para el Führer el 6° Ejército o lo que quedara de él era poco menos que una pieza sacrificable en el juego de la guerra, la vida de los soldados no tenía la menor importancia para él.

El 25 de diciembre, en el Kessel, murieron 1.280 soldados de frío y de hambre. Para el año nuevo, los rusos montaron una serie de cocinas y realizaron fiestas en la orilla sur del Volga con el doble objetivo de celebrar el año y mortificar a los alemanes encerrados.

El 8 de enero los soviéticos realizaron un estrechamiento del perímetro y capturaron el único aeródromo que servía de conexión con el mundo exterior, Pitomnik.
El 9 de enero se presentaron dos oficiales del Ejército Rojo en la línea occidental del frente alemán con un ultimátum de la Stavka para Paulus. Si dicho ultimátum no se aceptaba, los soviéticos lanzarían una ofensiva final contra el Kessel al día siguiente. El ultimátum fue rechazado. Las penurias se multiplicaron en el 6° Ejército Aleman, las epidemias diezmaban los soldados, la disciplina ya no existía y el hambre era tan atroz que los alemanes sacrificaron caballos, perros y ratas para poder comérselos. Cabe destacar que aun en estas penosas condiciones, la resistencia del 6° Ejército era increíble, ya que las lineas del frente se retiraban combatiendo e infligiendo grandes bajas a los rusos que ejecutaban el plan anillo para acabar con los alemanes.

Un aviso le llegó el 30 de enero de parte de Hitler a Paulus, le sugería que se suicidara ya que le había nombrado Mariscal de Campo y bajo las órdenes de Hitler ningún Mariscal se podría entregar vivo al enemigo. Un tanque ruso se acercó al cuartel general de Paulus, en el venía un intérprete que había sido enviado por Paulus, el mayor Behr. El 31 de enero en horas de la mañana Paulus se rendía con cerca de 30.000 soldados, los restos de un ejèrcito de 250.000 hombres. Los 3.000 heridos del Univermag fueron rematados por los rusos.

Es así como se convierte en el primer mariscal en capitular en la historia alemana, desobedeciendo así a Hitler, atenazado por las tropas soviéticas, la falta de alimentos y el frío polar de la estepa rusa, para el que sus tropas no tenían material suficiente en un gesto sin precedentes en la Wermacht. El 2 de febrero se rindió el último grupo de soldados alemanes en los escombros de la fábrica de tractores Octubre Rojo y es la fecha en la cual terminó oficialmente la batalla.